Una puerta que llevaba a varios caminos, yo escogí uno, y ahí junto a una cerca de piedra me encontré un muñeco. Lo tomé. Lo observé cuidadosamente y seguí mi marcha. Regresé mis pasos y el muñeco parecía mirarme. Yo lo acogí, y muy alegre mi viaje proseguí, porque él parecía hablar mentalmente conmigo. Y así jugando, cantando, fueron llegando otros muñecos. Y con esos muñecos y muchísimos niños, niñas, jóvenes, ancianos, adultos; me acompañaron hasta otro maravilloso mundo; el mundo nuevo de los títeres EL CRISTAL . Que apenas estaba cumpliendo sus primeros 50 años. Y faltaba un gran recorrido para llegar a la salida del camino. Más allá, había muchísimos títeres, paisajes, leyendas, mitos, cuentos, poesía, canciones, amigos, teatrinos….
Autor: Alonso Ortíz Picón